ABOGADO
Deriva del latín advocatus: convocado. Mientras que en castellano se aplica a quien da consejos jurídicos y representa a los litigantes en los tribunales, en latín tenía un sentido más amplio, designando a un patrono, tutor o a una persona influyente que asumía la defensa de otra, o de una institución o de una ciudad. El abogado profesional era denominado en latín clásico causidicus, patronus causae y en una época posterior adsertor o assertor.
Advocatus es el participio pasivo del verbo advocare: convocar, llamar en ayuda. Esta formado por la preposición ad (hacia) y el verbo vocare (llamar), que deriva de la raíz indoeuropea wekw : hablar, la cual se halla también en la palabra voz (del latín vox, vocis).
Aparentemente el sustantivo castellano abogado no surge del participio pasivo del verbo abogar, sino que este verbo se formó en su acepción actual a partir de abogado.
En América Central se utiliza la palabra abogaderas para hacer referencia a razones o argumentos capciosos, argucias. En Perú se dice abogaderías.
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