EQUINOCCIO y SOLSTICIO
Equinoccio designa a los dos épocas del año (23 de septiembre y 21 de marzo) cuando el sol atraviesa el Ecuador celeste y en las cuales la duración del día y de la noche es casi la misma. Proviene del latín aequinoctium, formado por los términos aequi (igual) y noctium, derivado de nox, noctis (noche).
Solsticio, por su parte, se refiere a los dos momentos del año (invierno y verano) durante los cuales el astro rey no tiene movimiento aparentemente ni hacia el norte ni hacia el sur. Se origina en el latín solstitium, cuyo significado hace referencia justamente a ese supuesto estado inmóvil del sol. Está conformado por las voces sol y stitium (acción de detenerse, estado inmovilidad). La raíz indoeuropea de esta última palabra aparece en el verbo estar, que junto con ser son los dos verbos principales de las lenguas indoeuropeas.
Durante el solsticio la diferencia en la duración del día y de la noche es máxima. En el hemisferio austral el solsticio de verano, de estío o vernal acaece entre el 21 y 22 de diciembre y el solsticio de invierno o hiemal, entre el 21 y 22 de junio.
En las antiguas tradiciones de diferentes partes del orbe los dos solsticios y los dos equinoccios simbolizan las puertas de pasaje vinculadas con el eterno reciclaje o renacimiento cósmico. No es casual que las conmemoraciones principales del cristianismo sucedan en Semana Santa (fines de marzo-principios de abril), Navidad (24-25 de diciembre) y Reyes (5-6 de enero).
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