NOMBRAR y DESIGNAR
Ambos verbos provienen del latín y se utilizan como sinónimos.
Nombrar es una transformación de nominare, derivado de nomen: nombre. En castellano este verbo tiene dos significados:
1) decir el nombre de una persona o cosa
2) designar para un cargo.
Sinóminos de la primera acepción son mentar, citar, llamar y designar y de la segunda, elegir, escoger, proclamar. En cuanto a los antónimos, para el primer sentido se emplean callar e ignorar y para el segundo, destituir. En la lengua latina nominare tenía un tercer sentido (relacionado con el derecho) : acusar. La forma castellana nominar es un cultismo. Es decir, ha sido tomada en el lenguaje culto directamente del latín. Nombrar, en cambio, es producto de las transformaciones históricas sufridas por el castellano, que en sus orígenes era un dialecto del latín que llevaron los romanos a la península ibérica.
Designar presenta tres acepciones:
1) destinar para un determinado fin
2) formar designio o propósito
3) nombrar.
Su antepasado latino es designare. El sentido inicial de éste era marcar, diseñar, trazar, dibujar, indicar, señalar (marcar con una señal o signo). Además de ese significado y el de nombrar o elegir, aparece un tercero : ordenar, arreglar, disponer.
Designare está integrado por el prefijo de- (que remite a la idea de separar) y el verbo signare (marcar), derivado de signum: marca, señal. Signum dio, en castellano, signo.
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